La Sevilla del año 1974, era muy distinta a la de ahora. Aún tenían que pasar muchos años para que nos acostumbráramos a los Centros Comerciales, las grandes salas de cine (el Alameda Multicines no se estrenó hasta 1976), a los trenes de alta velocidad y las circunvalaciones. Digamos que hasta que no llegó la Expo 92, andábamos un poco al margen de las “modernidades” que, con cuentagotas, nos llegaban del exterior. Por así decirlo, y sin que nadie se ofenda, a mediados de los años 70, en Sevilla éramos todavía un poquillo catetos, para qué vamos a negarlo.
Un acontecimiento de mediano interés se convertía en primera plana y cualquier anécdota medianamente interesante, en un espectáculo de primer orden.
Así sucedió aquel verano de 1974, cuando el sevillano Jesús González Green, ya por entonces reconocido periodista, corresponsal de guerra y aventurero, decidió incluir a su ciudad natal en una gira que por entonces llevaba a cabo a lo largo de todo el país, haciendo exhibiciones de vuelo en globo aerostático.
González Green fue pionero en España en la práctica de este tipo de actividades y en aquella ocasión, el primero en realizar un vuelo sobre el cielo hispalense a bordo de un globo de aire caliente.
El evento fue programado inicialmente para el lunes, 26 de agosto, aunque tuvo que posponerse un día, debido a que parte del equipo necesario no llegó a tiempo, procedente Madrid.
Pero el martes 27, a las siete y media de la tarde, allí estaba media Sevilla, aguantando estoicamente las altas temperaturas que, por otra parte, sobrellevábamos mejor que ahora, dado que muchos ni siquiera conocíamos qué era aquello del aire acondicionado sin el cual ahora somos incapaces de vivir.
La Policía Municipal tuvo que despejar un área en el Muelle de la Sal, en los alrededores de la Torre del Oro para que el equipo pudiera trabajar, dada la considerable aglomeración de personas que tanto en esta zona, como en la orilla opuesta del Guadalquivir, en la calle Betis, se había congregado.
El artilugio volador, de color grana y oro, ¿referencia torera o patriótica? –quizá ambas cosas- comenzaba a tomar forma al tiempo que dos bombonas de gas propano calentaban el aire de su interior, permitiendo al poco rato leer grabado sobre su panza de nylon y poliuretano el nombre con que había sido bautizado: “Tormenta”.
Sobre las ocho y media de la tarde, la tripulación del “Tormenta”, formada por el propio Jesús González Green, su hijo y su hermano, iniciaba su ascenso al cielo de Sevilla entre los aplausos de los allí presentes, satisfechos e ilusionados por haber sido testigos de algo por entonces realmente inusitado: ¡un globo volando sobre Sevilla! ¡Con qué poco nos conformábamos!
El “Tormenta” se perdió en el horizonte rumbo noroeste, tomando tierra felizmente una hora más tarde, cerca de la carretera de Alcalá.
Fuente de las fotografías:
Archivo familiar del autor.
Bibliografía:
Hemeroteca Digital ABC de Sevilla:
Retazos de la historia viva de mi ciudad. Tenía por aquel entonces, ocho añitos, y ya conocía al periodista, al corresponsal de guerra al que tanto admiraba y admiraría aún más en años sucesivos. Un orgullo para Sevilla, haber parido a un aventurero de la talla de Jesús.
Historia viva de todos. Yo tenía 6 años. Apenas había acontecimientos notables en Sevilla y cualquier novedad nos congregaba a todos. Muchas gracias. 🙂
Recuerdo que sería por el año 1980? Gonzalez Green vivía en una urbanización donde se encontraba el colegio de su hija , cuando un día me invitó a subir a su globo que tenía estacionado » en la pradera» .Siempre he tenido mucho miedo a volar y a pesar de que insistió no consiguió que subiera. No me arrepiento y les recuerdo con cariño. M7chasvgracias
¡Qué curiosa anécdota! Muchas gracias por compartirla. Un saludo.