Mar
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Hay quien explica el fluir de la mente como un río en el que los pensamientos serían como troncos arrastrados por la corriente, que pasan y acaban desapareciendo.

A mí me ayuda más a entenderlo el ejemplo del oleaje de un mar en calma, rompiendo suavemente en una playa soleada.

El océano es la mente y las olas mis pensamientos. Así como en una tempestad el rugido de las olas lo inunda todo, lo mismo ocurre cuando nuestra mente está llena de aflicción y de angustia:

El Ruido de nuestros  pensamientos no nos deja oír nuestro silencio interior.

Sin embargo, cuando el mar está calmado, en una playa soleada, las olas llegan mansamente a la orilla y entre cada acometida se produce un silencio imponente.

Ese es el silencio que está debajo del barullo agitado de nuestra mente, entre pensamiento y pensamiento y es el que tenemos que aprender a buscar y a encontrar.

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